DR3. Denario Ulises y su perro Argos.
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Reproducción de un denario serrado republicano donde aparece el dios Mercurio con petaso y caduceo en el anverso y Ulises con un bastón alargando la mano para acariciar a su perro Argos en el reverso. (VER DESCRIPCIÓN)
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Descripción
DENARIO ULISES Y SU PERRO ARGOS. (Reproducción).
Moneda: Denarius Serratus.
Ceca. Roma. 82 a. C.
Material: Zamak
Inscripciones:
Anverso: Anepígrafa.
Busto de Mercurio con petaso (sombrero alado) y a la izquierda caduceo (vara rodeada con dos serpientes). Letra de acuñación S, detrás del busto.
Reverso: MAMIL LIMETAN a izquierda y derecha del campo.
Ulises andando a derechas y apoyándose en un bastón nudoso, extiende la mano sobre su perro Argos.
Roma 82. a. C, denario acuñado por Caius Mamilius Limetanus, llamado así por haber promulgado un antepasado suyo Caius Mamilius, tribuno de la plebe, en el 164 a. C, una ley sobre los límites de los campos (limes).
Algunos magistrados, si bien no poseen un pasado ilustre que puedan evocar y celebrar, lo crean, buscando un pequeño hueco en las leyendas mitológicas, inventando así imágenes míticas. Aquí es el caso de C. Mamilius Limetanus, perteneciente a la gens Mamilia, sin ningún renombre, quien con este denario en el 82 a. C. representa por un lado el reconocimiento de Ulises por su perro Argos y al dios Mercurio por otro. El magistrado recuerda a Mercurio, protector de Ulises, a quien le dio la hierba mágica (moly) para escapar del hechizo de la maga Circe. Ulises de su unión con la hechicera tuvo un hijo, Telégono, padre de una niña llamada Mamilia, progenitora de la gens, que por tanto presume de tener descendientes de un héroe.
A continuación el pasaje de La Odisea donde se recrea el reverso de este denario.
Diálogo de Ulises con Eumeo, su anciano sirviente. Ulises como un viejo y miserable mendigo, acompañado de Eumeo, acude a su palacio apoyado en un bastón y allí a la entrada ve a su perro Argos.
- Respondióle el ingenioso Ulises: «Entiendo, hágome cargo, lo mandas a quien te comprende. Vamos, pues, y guíame hasta que lleguemos. Y si has cortado algún bastón, dámelo para apoyarme; que os oigo decir que la senda es muy resbaladiza.»…..
197 Dijo, y echóse al hombro el astroso zurrón lleno de agujeros, con su correa retorcida. Eumeo le entregó el palo que deseaba;…..
- Así estos conversaban. Y un perro, que estaba echado, alzó la cabeza y las orejas: era Argos, el can del paciente Ulises, a quien este criara, aunque luego no se aprovechó del mismo porque tuvo que partir a la sagrada Ilión. Anteriormente llevábanlo los jóvenes a correr cabras montesas, ciervos y liebres; mas entonces, en la ausencia de su dueño, yacía abandonado sobre mucho fimo de mulos y de bueyes…..allí estaba tendido Argos, todo lleno de garrapatas. Al advertir que Ulises se aproximaba, le halagó con la cola y dejó caer ambas orejas, mas ya no pudo salir al encuentro de su amo; y este, cuando lo vió, enjugóse una lágrima que con facilidad logró ocultar á Eumeo, a quien hizo después esta pregunta…….
- «¡Eumeo! Es de admirar que este can yazga en el fimo, pues su cuerpo es hermoso; aunque ignoro si, con tal belleza fue ligero para correr o como los que algunos tienen en su mesa y sólo por gusto los crían sus señores.»…..
324.Diciendo así, entróse por el cómodo palacio y se fue derecho a la sala, hacia los ilustres pretendientes. Entonces la Parca de la negra muerte se apoderó de Argos, después que tornara a ver a Ulises al vigésimo año…..
Odisea XVII (Trad. Luis Segalá y Estalella)
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